VITAMINAS
Las vitaminas son sustancias
orgánicas, presentes en los alimentos, que no poseen valor calórico, pero que,
sin embargo, resultan indispensables para el correcto funcionamiento del
organismo, ya que actúan como sustancias reguladoras de múltiples y variadas reacciones
metabólicas.
Las vitaminas pueden clasificarse
en dos grupos:
A.- Vitaminas liposolubles.
Pertenecen a este grupo: vitamina
A (retinol); vitamina D (calciferol); vitamina E (tocoferol); y vitamina K
(filoquinona).
B.- Vitaminas hidrosolubles.
Pertenecen a este grupo: vitamina
C (ácido ascórbico); vitamina B1 (tiamina); vitamina B2 (riboflavina); vitamina
PP (niacina); vitamina B5 (ácido pantoténico); vitamina B6 (piridoxina);
vitamina B8 (biotina); vitamina B9 (ácido fólico); y vitamina B12 (cobalamina).
Debido a su carácter
"esencial", ya que en general no pueden ser sintetizadas por el
organismo, y a pesar de que las necesidades diarias de vitaminas pueden ser muy
diferentes de un individuo a otro en función de múltiples factores
(crecimiento, embarazo, gasto energético, etc), deben estar presentes en la
dieta en las cantidades necesarias para cubrir como mínimo las cantidades
diarias recomendadas (CDR) de cada una de ellas.
MINERALES
Los minerales y oligoelementos
son sustancias no orgánicas que, al igual que las vitaminas, resultan
“esenciales” para el organismo, no poseen valor calórico, y poseen múltiples y
variadas funciones, desde entrar a formar parte de la estructura de tejidos
(ej: calcio y fósforo en el hueso), hasta actuar como reguladores o
biocatalizadores en gran cantidad de funciones fisiológicas y reacciones
metabólicas.
Algunos minerales fundamentales
para el correcto funcionamiento del organismo son: sodio, potasio, magnesio,
calcio, fósforo, etc. Respecto a los oligoelementos, cabe destacar: hierro,
zinc, cobre, selenio, manganeso, etc.
Aunque generalmente se necesitan
en muy pequeña cantidad resultan, sin embargo, imprescindibles para un correcto
funcionamiento del organismo, por lo que debido a su carácter esencial la dieta
debe proporcionar como mínimo las cantidades diarias recomendadas (CDR) de cada
uno de ellos, a pesar de que las necesidades individuales también pueden variar
en función de múltiples factores (crecimiento, gasto energético, grados de
sudoración, etc).
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